VISITANDO EL RODAJE DE LAS OVEJAS NO PIERDEN EL TREN
En Lunas Pasajeras hemos tenido la suerte de poder acudir al rodaje de la película «Las ovejas no pierden el tren».
Para ello, acudimos junto a otros medios al segoviano pueblo Valdeprados, donde pudimos reunirnos con los actores, contemplar la grabación de una de las escenas, hablar un poco con ellos sobre como está siendo la experiencia de este rodaje y también pudimos visitar la residencia de Luis Sanguino, antiguamente el torreón de los Condes de Puñonrostro, pero que ahora es la residencia del escultor, la cuál se rodea de multitud de estatuas y bustos por cada rincón del hogar.
Durante la grabación de la escena, en nuestro caso pudimos ver un momento demadre e hija que comparten Inma Cuesta y Kiti Mánver además del hijo de Inma. Un momento en que se pudo palpar la tensión del ambiente y también adivinar que una gran historia se escondía detrás de esa escena.
Este rodaje termina su periplo en Segovia después de visitar otras ciudades y la película está dirigida por Álvaro Fernández Armero. Para el director el objetivo de la película es narrar una comedia con algún tinte dramático en la que se muestre que a veces las expectativas que tenemos para nuestra vida no llegan a la altura de lo que esperábamos, pero quizás sea incluso mejor.
Para Alberto San Juan esta situación puede ser paralela a una oveja, como bien dice el título del filme, pues a veces vivimos según lo que quieren los demás o con todos los planes ya hechos de antemano, algo que nos hace parecernos a un rebaño de ovejas. Esto mismo podríamos relacionarlo con la situación de crisis actual y el momento que estamos viviendo. También el personaje de San Juan no se aleja mucho de estas sentencias, pues también atraviesa la delicada situación de no tener trabajo a los cuarenta años, no haber recuperado el éxito que tuvo su debut literario, estar embarcado en una relación amorosa que no va a ninguna parte…
Tras leer estas líneas parece que estamos ante un guión un tanto desesperanzador pero para todos los actores y para el director hay esperanza en esta comedia, pues como bien dice Candela Peña, no ser quién soñábamos puede hacernos mucho mejores y más felices, algo que deberíamos interiorizar todos.
Un mensaje que queda claro es que siempre habrá un tren al que subirse, lo importante es no convertirse en una oveja más del rebaño.
Raúl Arévalo es el marido de Inma Cuesta, que tras fracasar en su carrera literaria tras un fugaz éxito decide mudarse con su esposa y su hijo a un pueblo. No pudimos evitar preguntarle por el destino, y para él la suerte o el destino pueden tener un papel importante pero hay que estar siempre trabajando sin parar y alerta ante todo.
Irene Escolar también nos contó lo feliz que se sentía en este rodaje y lo cómoda que estaba trabajando al lado de Alberto San Juan, su pareja en la ficción. Los dos actualmente viven un momento teatral muy bueno, tanto Alberto con su Teatro del Barrio como Irene alternando entre obras de gran éxito como «El Cojo de Inishmann», que se representa actualmente en el teatro Infanta Isabel.
Otra actriz muy feliz con su situación teatral es Kiti Mánver, que habló muy divertida con los medios y nos contó que acaba de ganar en la Unión de Actores y acaba de ser nominada al Max con su obra «Las heridas del viento». También resalta lo cómoda que se ha sentido rodando y siendo la madre ficticia de Inma Cuesta y Candela Peña.
Sin duda un equipo impresionante que estamos ya deseando disfrutar en la gran pantalla. Un día bañado por el frío y por la curiosidad de todo lo que nos fuimos encontrando por el camino, pero todo tenía que acabar, así que tras una entretenida y helada jornada los medios regresamos a las tierras madrileñas.
Esther Esteban, Madrid