Crítica de “Próximo”

Próximo

¿Qué sucede en el cuerpo cuando el afecto ocurre siempre lejos, más allá de nuestros límites? ¿Podemos amar sin tocarnos, sin olernos, sin conocer la piel? Dos seres viven una historia de amor a la distancia y, poco a poco, cada uno se convierte en lo único que el otro tiene en el mundo. Pero lejos. Próximo nace del instante cuando la comunicación se corta, se rompe la falsa sensación de ocupar el mismo espacio y la soledad lo inunda todo. Pero también es la construcción de un vínculo aceptando esa distancia, construyendo sobre ella. La experiencia de estar lejos de todo, de vivir las emociones más intensas sin cuerpo presente: nacimientos, muertes, amor, sexo. La poesía del teatro es el ámbito más crudo para mostrar una distancia tan irreal como la cercanía de un skype. Un instante juntos, un instante separados.

El mundo es cada vez más inmenso y yo aquí, ahora, solo necesito saber que estás ahí, escuchándome, respirando conmigo.

PRÓXIMO fue producida y estrenada por el Complejo Teatral de Buenos Aires el 8 de Junio de 2017 en el TEATRO SARMIENTO en Buenos Aires.Información sobre la obraDirecciónClaudio TolcachirProducciónComplejo Teatral Buenos Aires / Jonathan Zak y Maxime SeugéDramaturgiaClaudio TolcachirAño2022Reparto

Lautaro Perotti y Santi Marín.Diseño de iluminación:

Ricardo Sica.Diseño escenográfico:

Sofia Vicini.Asistencia artística y diseño de vestuario:

Cinthia Guerra.

Fotografías:

Carlos Furman.

Crítica

La soledad puede ser tanto gratificante como mortífera, puede sanar pero también nos puede destruir y puede ser desde algo que busquemos para estar con nosotros mismos o por necesidad o bien ser impuesta pudiendo llegar a terminar con nosotros poco a poco.

En esta ocasión tenemos a una joven pareja que forman parte el uno del otro y están juntos a la vez que separados por muchos kilómetros que alejan sus corazones por más que intenten acercarlos por todas las vías posibles. Desde el amor que va naciendo y creciendo acompañando cada momento de sus vidas en todas las formas que la distancia les permite, la Magia de esos primeros momentos que no la disfrutan como deberían poder hacerlo y las dificultades y complicaciones del día a día que van surgiendo van formando parte de la obra y de la historia que comparten con el público haciéndonos testigos de su amor y de cómo van creciendo juntos y superando todos los obstáculos, todo ello desde Buenos Aires con amor hasta Madrid con la dirección de Claudio Tolcachir.

Los dos actores se muestran muy afines en escena y la química logra superar la cuarta pared además de la pared interna entre ellos, ya que actúan juntos y muy próximos pero a la vez sin poder tocarse ni poder mirarse o tocarse frente a frente, todo ello sucede siempre cada uno en su dimensión y en su propio mundo aunque lo compartan.

En esta función que podéis disfrutar veréis como tanto Santi Marin como Lautaro Perotti llegarán a emocionaros, a tocaros el corazón y partirlo también un poco, a haceros reír… sin duda estamos ante una obra muy emotiva donde la historia nos hace replantearnos como actuaríamos o nos veríamos en una situación similar y si podríamos batallar o salir adelante en una relación a distancia, a la vez que también sirve como crítica social de los problemas de la juventud actuales, de lo difícil que puede llegar a ser la situación cuando dejas tu país y tienes que abrirte camino…

Una obra muy recomendable que es todo corazón, con un texto que la hace más especial aún y el refuerzo de un equipo que se mete al público en todo momento en su bolsillo. No dejéis de visitar la especial Sala Mirador y de disfrutar con la función.

Esther Soledad Esteban Castillo

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Encuentro con el equipo de Séptimo

ENCUENTRO CON EL EQUIPO DE SÉPTIMO

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Belén Rueda, Ricardo Darín y Patxi Amezcua se reunieron con un grupo de medios para explicar como fue el rodaje en Buenos Aires, las complicaciones de llevar a cabo esta historia, los secretos del rodaje y como estaban viviendo esta promoción de Séptimo.

Uno de los mayores retos sin duda fue encontrar el edificio donde rodar la película: “Tenía que dar juego, tener personalidad propia, poder ser visual y creíble, ya que tenemos pasillos, escaleras… pero quería que el guión se pudiera transformar en imágenes”. Tampoco fue fácil juntar a todo el reparto para preparar la película ya que Ricardo estaba en Argentina y Belén en Madrid, pero si que hubo una reunión previa de Ricardo y los niños, y de Belén y los niños por Skype para que se estableciese un vínculo, y además los niños son hermanos en la vida real, pero Patxi explica que “No se nota en pantalla porque ellos son muy buenos actores y funcionan muy bien juntos”.

Para Ricardo Darín y Belén Rueda, una de las mayores complicaciones fue la escena final y comunicarse entre ellos mediante la mirada y no expresar muchas palabras. Ricardo, sobre el personaje de Belén comenta que: “No me cansaré de decir que el personaje de Belén es el más complicado de la película. Ella no lo dirá nunca y por eso lo digo yo. Ha hecho un gran trabajo muy complicado”.

Sobre el final, Belén comenta: “Nos costó mucho a los dos hacerlo, expresar con la mirada lo que las palabras no pueden, y que se entienda, resolver al final la historia que has contado durante hora y media”.

En esta ocasión, Séptimo tiene un mayor apoyo por parte de los medios que su anterior filme, 25 quilates, y ha salido con muchas copias, al contrario que su anterior película que además apenas tuvo promoción. En Argentina esta película ha salido con 230 copias y ya ha sido un éxito.

Para Patxi, el género es totalmente una película de suspense: “Quería huír del lado de terror o melodrama que podría haber dado la historia. Esta película se mueve en el suspense y la intriga, y por ello se necesitaba una interpretación contenida sin desbordarse, algo que Ricardo Darín y Belén Rueda comprendieron y entendieron, y a mí me gusta dejar claro siempre a los personajes y sus actitudes, y una vez que se los presentas a los actores y lo dialogas, aportan su experiencia y se puede mejorar y refinarlos” cuenta Amezcua sobre los personajes.

La localización no era para nada un problema o un objetivo fijo de la película, y también fue un dilema el como enfocar esta película con el tema que trata: “Esta película podría haber ocurrido tanto en Madrid, en Barcelona, en Nueva York… pero sucede en Buenos Aires, y por supuesto tiene paralelismos con los secuestros exprés, pero no es una historia que hable de ello únicamente”.

Una de las mayores sorpresas de la película es su desenlace, que dejará asombrado al espectador, y Amezcua sobre este tema afirma que “estaba pensado de antemano, y si no lo tienes claro te puedes perder por el camino, y lo que siempre ha estado claro es el comienzo y el final. Luego se ha ido jugando con la historia y el proceso, buscando sorpresas, un rumbo ingenioso, sospechosos varios, pistas inciertas… Me gusta que al final los protagonistas paguen el precio de sus actos, pero tampoco me gustan los finales muy amargos, ya que bastante ha sufrido el personaje durante la película y además el espectador se va con un mal sabor de boca del cine”.

Otro tema que no faltó en el encuentro fue la situación que está atravesando el cine actualmente. Belén argumentaba que “La crisis se nota y de algún modo estás dentro y ves como hay compañeros que no pueden sacar un proyecto hacia adelante y actores que no encuentran trabajo y antes tenían muchos proyectos. Lo que está claro es que pese a quien le pese el cine no morirá ni en España, ni en Argentina o en ningún país del mundo. Si no nos dejan hacerlo de una manera, lo haremos de otra.”

Ricardo por su parte afirmaba: “Con la crisis tienes que volver a adaptarte y buscar nuevas salidas, y la creatividad no se detiene. Si que me gustaría saber que proyectos vendrán pero es más complicado y más trabajoso. Hay que pasar por encima y creer que de la crisis surgirán muchas cosas nuevas”.

Séptimo, una película para sentir al límite y dejarte llevar por su intriga hasta encontrar la solución a este enigma.

Esther Esteban, Madrid

Entrevista con Juan Diego Botto

ENTREVISTANDO A JUAN DIEGO BOTTO

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Hablamos con Juan Diego Botto acerca de su nuevo libro, un homenaje a todos esos «Invisibles» que habitan en nuestra sociedad y gritan en silencio sin que nadie los escuche.

En el libro podemos encontrar textos de sus montajes teatrales «El privilegio de ser perro» y de «Un trozo invisible de este mundo» con añadidos suyos de experiencias propias y otras sorpresas.

Juan Diego expresa sentimiento y sufrimiento con cada una de sus palabras, y lo intensifica con su mirada, además de ser firme y hablar con seguridad acerca de todas estas personas que les ha tocado vivir una vida llena de injusticias e incluso de la crisis, del teatro y de otros temas de actualidad.

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Nos contó que se decidió a escribir el libro por dos razones. Una era el sentimiento de rabia e injusticia que sintió junto a toda su familia cuando su tío le llamó desde Buenos Aires para contarle que se iba a realizar un juicio sobre la Escuela Mecánica de la Armada, centro de torturas en Buenos Aires durante la última dictadura, y que ahí iba a estar incluído el caso de su padre, y por otra parte su asistencia junto a un amigo suyo que trabaja para una Ong con imigrantes al funeral de Samba Martínez, una mujer que murió en el CIE de Aluche tras ser ignorada, ya que aunque la intentaron curar con cremas y pomadas, la mujer tenía SIDA y nadie se había percatado, y murió por un hongo que le perforó el cerebro, una historia conmovedora sin duda que necesitaba ser contada.

Así que con ayuda de un editor, publicó sus textos y un largo prólogo que formaron el resultado final de «Invisibles». Nos cuenta que uno de los «premios» que consiguió su obra de teatro «Un trozo invisible de este mundo» fue hacer más conocida la historia de Samba y llevarla incluso a la portada de El País, con la que se pudo hacer más eco de su triste historia, aunque algunos periodistas ya se habían encargado de este tema, como Mónica Ceberio o Claudia Cubiero, que también asistió al funeral.

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Confiesa que todo le salió bastante fluido, pero que un poco más de tiempo le habría venido bien, y que aunque nunca había escrito anteriormente un libro, pudo mostrar su opinión y la elaboración de los monólogos en el libro.

También cuenta que se siente muy afortunado al poder vivir de su vocación, y que por ello mismo no se podría cosiderar un invisible de la sociedad, pero si que se mantiene muy cercano a la sensación y la experiencia, ya que es un hijo del exilio, y ha vivido muy cerca la experiencia que pasó su familia en los primeros años en los que llegaron a España, y dos de sus monólogos se aproximan al exilio, uno es el caso de Turquito, un caso ficticio pero que bien podría ser realidad, ya que es el caso de un delator que sale de la Escuela Mecánica de la Armada para delatar a la gente. Luego otro tema más alejado del libro pero que siempre está presente, es el del amor, ese amor «revolucionario que te lleva a cometer los actos de mayor dignidad, que recupera una integridad que te es arrebatada cuando te torturan».

No oculta que hay experiencias personales, pero estas mismas están suavizadas y maquilladas un poco respecto a la verdadera realidad.

No faltó enunciar a Argentina, de la que Botto opina que tras el inicio de todos los juicios hacia los responsables de la dictadura e sun gran comienzo, que siempre se podrá aumentar y que podría hacerse mucho más, pero que en un principio, «es la punta del alza de como tratar una transición de una dictadura a una democracia».

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El teatro no podía faltar, y para él, el objetivo de cualquier función no puede cumplirse si aburre o no conmueve, divierte o emociona. Para él, el teatro si que tiene futuro y podría ser el comienzo de un cambio, ya que su arma es la palabra, y mediante esa palabra, podría generarse una reflexión general y ser un comienzo para un cambio, ya que nadie individualmente podría conseguirlo.

Para finalizar, sentenció que detrás de cada cifra que escuchamos y sentimos, se esconden seres humanos y familias con unos sueños que se rompen, y que detrás de una simple cifra, se esconde una realidad sangrante, esa realidad que ha formado a los «Invisibles» y que sigue desaparecida.

Esther Esteban, Madrid