Crítica de “El Perro del Teniente”

Sinopsis

Un burdel. Un lugar donde se compran cuerpos, donde se venden almas, donde miradas cómplices asisten impasibles al espectáculo de la transacción de placer a cambio de dinero.

Un lugar parecido a un teatro.

Personajes sin nombre que son unos “cualquiera” en cualquier lugar del mundo. Una historia que se repite día tras día en innumerables rincones del planeta, con un denominador común: la miseria que obliga a una parte a ser protagonista y el abuso de poder económico, militar y de estatus que hace protagonistas a otros.

Un lugar parecido a una perrera.

Un espacio de encierro, de violencia, de sometimiento, donde se da rienda suelta a los instintos como si de animales se tratase, como perros que pugnan por la supervivencia sin amo, sin mano que les dé de comer, sin correa que los ate. Perros que odian su condición servil dispuestos a cualquier cosa para extirpar ese estigma de su carácter.

Un lugar parecido al mundo.

Un mundo que reivindique la dignidad, la humanidad, que rechace la violencia y el abuso de poder y que otorgue al ser humano la divina providencia de inventar y contar historias para ser mejores.

Una patera en la que aventurarnos al mar de la narración para sobrevivir y salvaguardar nuestra memoria.

Pilar Valenciano

FICHA ARTÍSTICA

De Josep M. Benet i Jornet

Dirección Pilar Valenciano

Con Beatriz Argüello, Fernando Delgado-Hierro, Roberto Enríquez y María Ramos

Diseño de espacio escénico José Luis Raymond 

Diseño de espacio sonoro Luis Miguel Cobo

Diseño de iluminación Juanjo Llorens

Diseño de vestuario Tania Tajadura

Videoescena Elvira Ruiz Zurita y Álvaro Luna (AAI)

Residente de ayudantía de dirección Teatro Español Cristina Hermida

Una coproducción de Teatro Español y Entrecajas SL

Crítica

Llega a las Naves del Español del Matadero de Madrid la obra El Perro del Teniente, una obra que fulmina al espectador en su butaca, con un reparto que está en su mejor momento, con un tema crudo y letal que sin duda se sale de la cartelera habitual que podemos ver y que seguro se quedará en vuestra mente por bastante tiempo después de verla.

En un escenario frío y amplio donde podremos trasladarnos a este lugar donde Pilar Valenciano nos muestra este texto de Benet i Jornet donde se nos muestra un ambiente sórdido, oscuro, donde el sufrimiento y el dolor son el lenguaje clave de toda la obra y donde los cuerpos pasan a ser simplemente marionetas de un fin demoledor y una venganza que como bien se dice se sirve fría, o en este caso, más bien helada. Destacar también el vestuario que luce el personaje de Beatriz Argüello que destaca de forma muy positiva con unos vestidos y unos trajes muy elegantes, teniendo su réplica en el resto de personajes que también está seleccionado de forma muy acertada.

El perro del teniente viene a purgar su alma y sus instintos, con el sexo y la dominación por bandera y denigrando a la mujer y aprovechándose de la penuria y la miseria de almas que están viviendo un presente nada soñado, abusando de su superioridad que sitúa en su poder y en su allí se cruza con la regente de este burdel, otra figura imponente que trata de plantarle cara y darle la vuelta a sus ideas pero se encuentra ante una habitación sin salida y una situación que podría describirse como animal y devastadora que afectará a todos los ángulos de este retrato de una forma irreversible, sin entrar en detalles para no desvelaros las sorpresas que esconde la obra.

Pilar Valenciano ha mostrado una gran labor en la elección del reparto y en su dirección, ya que todos se desenvuelven perfectamente y no es tarea fácil ante unos personajes con un trasfondo tan oscuro y complejo, consigue que lleguen a sus límites máximos y explota todo su gran potencial, dando como resultado esta función.

Beatriz Argüello como siempre no defrauda y sigue haciéndose la señora y dueña del escenario, con su fuerte presencia apoyándose por sus palabras y su penetrante mirada, dejándonos momentos de angustia, escalofriantes y también algunos que os dejarán pensando u os hará cambiar de opinión sobre todo en varias situaciones, por lo que nos deja un gran trabajo que refleja las tablas que tiene en escena que son indudables.

Roberto Enríquez nos deja un registro que no os vais a esperar para nada, con uno de los papeles más duros y tremendos de su carrera teatral, consiguiendo el silencio absoluto de la sala y llegando a despertar escalofríos, demostrando una posición y un trabajo que no ha debido ser nada sencillo, siendo muy buena replica para el personaje de Argüello.

Fernando Delgado-Hierro y María Ramos nos dejan dos personajes frágiles, cada uno en su forma, que también se dejan manejar por los instintos y a la vez son víctimas de la nostalgia y de la situación que les ha tocado vivir, sumergiéndose en un bucle de perversión y sin salida que también arrastrará todo su ser. Ambos dejan una muy buena interpretación, llegando a compaginarse con muy buena química y trasladándolo al espectador, en una noria de sensualidad y de oscuridad a la vez muy peculiar.

Si queréis ver una pieza distinta y que muestra el significado del teatro en su verdadero nombre y a la vez una historia “para no dormir”, quizás sea vuestra propuesta: un reflejo de mundo oscuro y triste en parte con muchos ángulos por descubrir en una función que no deja a nadie ser parte pasiva o quedar indiferente ante esta muestra.

Esther Soledad Esteban Castillo

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